El papel de las empresas tomó mayor relevancia e importancia durante la crisis ya que las acciones que emprendieron durante este periodo fueron determinantes para contribuir no solo al bienestar de sus empleados, clientes, proveedores y la comunidad, sino a la generación de mayor valor para los mismos negocios en un futuro cercano.

Desde el inicio de la pandemia, las empresas y entidades aportaron soluciones y respuestas frente a la crisis sanitaria, social y financiera a través de sus programas de Responsabilidad Social Empresarial, encontrando nuevas oportunidades, identificando escenarios y generando alianzas a fin de generar un impacto más significativo.

Lucía Sossa, Jefe de Unidad de RSE de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia y Coordinadora del Pacto Global de las Naciones Unidas, afirmó que existe una nueva era de modelo de negocio en las empresas que presenta un enfoque diferente. La RSE no solo es vista como una acción social, sino como una estrategia y una cultura empresarial. Las acciones y los objetivos se centran en el desarrollo sostenible, por lo tanto, existe una evolución favorable.

Actualmente las empresas tienden a generar e impulsar negocios responsables y amigables con el medio ambiente y con la sociedad, enfocándose en una economía sostenible y equilibrada para los países.

“Las empresas han madurado mucho con respecto a todo lo que es RSE, lo que antes se tomaba como acciones asiladas dentro de muchas empresas, como una pequeña oportunidad y como un pequeño programa, ahora se lo ve con un enfoque transversal, además que ya se incorpora el término de ‘sostenibilidad’, lo cual es muy importante para lograr el impacto que estamos buscando”, remarcó Lucía Sossa.

Asimismo, destacó las múltiples alianzas de las empresas del sector privado con el Pacto Global, las cuales han fortalecido, promovido y facilitado el trabajo de las organizaciones multilaterales en Bolivia. Estas alianzas generaron impacto en diferentes sectores.

“Uno de los avances más significativos de la RSE durante el 2020 fue el fortalecimiento de relaciones y alianzas entre los distintos sectores de la economía, la motivación del sector privado para trabajar con el sector público, el multilateralismo y la cooperación para generar un impacto mayor más y significativo” afirmó Lucía.

Nuevos proyectos y desafíos

La entrevistada intuye que la reconstrucción económica tras la pandemia supondrá un cambio estructural en la Responsabilidad Social de las Empresas, pues se impulsarán las políticas de RSE con cambios sustanciales ante la preocupación creciente por la salud, el impacto social y el talento digital.

La innovación y tecnología son los retos más importantes ya que las empresas se adaptaron a situaciones diferentes, implementando nuevos canales de distribución a fin de cumplir los estándares de calidad que se tenía en la prestación de sus servicios.

“Uno de los desafíos más importantes de la RSE es la digitalización y el uso correcto de las tecnologías, teniendo en cuenta que durante la pandemia, la mayoría de las empresas ha implementado el teletrabajo. Para que esto sea exitoso es necesario invertir en plataformas digitales y de comunicación y concientizar sobre el uso productivo de las mismas”, mencionó Sossa.

Los temas emergentes que más crecerán en el período de reconstrucción estarán orientados en el público interno de la empresa, que son sus trabajadores. Además de enfocarse en temas de salud, seguridad ocupacional y educación, será necesario formar alianzas, que, si bien no es un tema de RSE, es un medio para generar mayor impacto en la sociedad.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) también tendrán una mayor relevancia tras el covid-19. “Implementar nuevas prácticas hacia dichos Objetivos es el principal desafío. Queremos que el sector privado sea muy activo en estos objetivos, porque es necesario que tengamos un enfoque diferente a la hora de hacer negocios, tener una nueva era de negocios responsable” concluyó Lucia Sossa.

RSE, UNA NUEVA ERA DE NEGOCIOS RESPONSABLES

La pandemia del Covid-19 ha generado un impacto en la Responsabilidad Social Empresarial obligando a las empresas a adaptar sus estrategias a un nuevo escenario marcado por la incertidumbre, crisis económica y social.