Sin embargo, el repunte varía entre los diversos recursos naturales. Los precios de los alimentos resultaron menos afectados, los precios de la energía y de algunas materias primas agrícolas repuntaron más tarde que los precios de los metales, según el FMI.

Pese al avance, sobre todos los mercados se cierne la incertidumbre pues la pandemia de Covid19 todavía no está bajo control. El mayor riesgo a la baja es una eventual nueva desaceleración de la actividad económica mundial dado que las abundantes existencias siguen siendo una preocupación.

Los precios del petróleo descendieron 60% entre febrero y abril de 2020 debido a que la pandemia provocó un colapso de la demanda mundial y suscitó preocupaciones sobre la capacidad de almacenaje. Por la reducción de la oferta, desde fines de abril hasta junio, los precios del crudo se recuperaron desde un rango medio de 10 dólares a más de 40 dólares por barril. Sin embargo, en agosto se mantuvieron alrededor de 25 dólares por debajo de los precios vigentes a inicios de enero.

Como resultado, muchas empresas petroleras han sufrido grandes pérdidas, despidos masivos y depreciación de sus activos al reconsiderar las perspectivas de precios e inversiones.

El coronavirus generó inicialmente una drástica caída de los precios del petróleo pues las restricciones para viajar redujeron fuertemente la demanda mundial de combustibles líquidos en el primer semestre de 2020. El tráfico por carreteras se ha recuperado en muchos países, pero el volumen de tráfico aéreo (sobre todo vuelos internacionales) continúa deprimido.

El FMI prevé que el promedio del crudo estará en 2020 en alrededor de 41,7 dólares el barril (un descenso de 32% respecto a 2019) y de 46,7 dólares en 2021.

Los precios de los metales básicos aumentaron 18,2% entre febrero y agosto de 2020. La desaceleración de la actividad industrial mundial pesó fuertemente sobre los precios en el primer trimestre de 2020. El resurgimiento de la actividad industrial en China contribuyó a que los precios de los metales regresen a los niveles previos a la pandemia.

Los precios de los metales preciosos siguieron aumentando debido a una creciente demanda de activos que representen un refugio seguro en medio de la preocupación de una segunda ola de contagios. Entre febrero y agosto, los precios del hierro aumentaron en 37,0% y los del cobre en 14,4% en un contexto de optimismo respecto a la recuperación económica de China. Se prevé que el índice de metales preciosos suba 28,4% en 2020 y 10,4% en 2021.

Los precios de alimentos y bebidas reflejan cambios en las condiciones de oferta y demanda inducidos por la pandemia. El precio del arroz sigue 12,6% en alza. Los precios del maíz se derrumbaron un 13,0% ante la destrucción de la demanda de etanol, alcanzando en mayo los niveles más bajos de la década. Los precios de la soja bajaron 13,0 % a partir de febrero debido al amplio suministro mundial.

Se prevé que los precios de los alimentos aumenten levemente, un 0,4% interanual en 2020, y que luego aumenten 4,3% en el año siguiente.

Precios de materias primas se recuperan

Los precios de las materias primas presentan una recuperación tras la flexibilización de las medidas de confinamiento y la reanudación de la actividad económica en gran parte del mundo.