La inversión sanitaria se compone de gasto público (51%) y pagos directos (35%). En este último grupo se incluyen el seguro médico voluntario, los programas de salud proporcionados por los empleadores y las actividades de las organizaciones no gubernamentales.

La propagación del Covid-19 ha puesto de manifiesto la importancia del aumento del porcentaje de inversión de los estados en el campo sanitario. De hecho, varios países, como Estados Unidos o Francia, indicaron que invertirán más capital en el sector.

Es más que evidente que la pandemia ocasionada por el Covid-19 irrumpió en nuestras vidas, trabajo, planes y rutinas, la forma de saludarnos, de hacer las compras, de comer, nuestra vida social, etc. Claramente, el sector salud es el que más cerca está viviendo esta crisis sanitaria y el que más cambios está sufriendo para hacerle frente a la enfermedad que “puso de cabeza” al mundo.

Cambios en el sector

Además de exigir una rápida atención y contención de la crisis socio-económica, la pandemia por el Covid-19 ha sido, en términos positivos, un gran impulso para la innovación y transformación en los diversos sistemas de salud, así como en la industria de tecnología médica y de investigación clínica.

Algunos de los cambios que esta crisis sanitaria trajo consigo son:

Dispositivos médicos con mayor demanda: Antes de la llegada de la pandemia, el desarrollo y la compra de dispositivos médicos tenían un ritmo diferente al que se vive actualmente. Sin duda, la pandemia cambió el orden de entrega y la demanda de varios de éstos. A una velocidad sin precedentes, los servicios de telemedicina son los más solicitados y con mayor oportunidad de crecimiento.

Nuevo ecosistema de la economía de la salud: Hay un escenario latente de la transformación de los sistemas de salud en un ecosistema modular de prestación, innovación y bienestar más vinculado al consumidor.

Avances en vacunas para Covid-19: Poner fin a la pandemia o, al menos, desacelerar el número de contagios por coronavirus ha sido el mayor reto de la industria farmacéutica en 2020. Gracias al trabajo de este sector, hoy contamos con más de una vacuna que ya están al alcance de la población.

Anticipación, la clave del éxito

La adaptación al futuro de cualquier proyecto y la gestión desde el sistema sanitario de la presente pandemia de coronavirus es el gran reto global con el que debemos enfrentarnos y debe basarse en tres vectores: anticipación para detectar el mismo, flexibilidad para poder adoptar medidas lo más eficientes posibles y prudencia para poder aplicarlas adecuadamente con la necesaria proporcionalidad.

La pandemia del coronavirus ha puesto “sobre la mesa” el valor de un sistema sanitario fuerte y de sus profesionales, de la necesidad de mejorarlo y de invertir más en el mismo. Una necesidad para estar preparados mediante un plan de contingencia que permita anticiparnos a las posibles pandemias futuras que, desafortunadamente, volverán a aparecer, pero con un comportamiento racional y con todo lo aprendido en esta crisis, será más fácil salir adelante.

NUEVA REALIDAD, ¿NUEVO SISTEMA DE SALUD?

Según un reporte de la OMS de 2019, la inversión en salud representa el 10% del producto interno bruto (PIB) mundial. En los países de ingresos bajos y medianos esta inversión se ha incrementado, anualmente, 6%; mientras que en los de ingresos altos, un 4%.