Antes de la firma del nuevo acuerdo, el punto de entrega del gas boliviano era Río Grande. Con la octava adenda, el punto de entrega se lo desplazó al Mutún, en la frontera con Brasil. Desde Río Grande hasta el Mutún la longitud del ducto es de 570 kilómetros.

Bolivia recibe diariamente 1,8 millones de dólares por 14 millones de metros cúbicos de gas que comercializa a Petrobras, de los que debe disponer cerca de 178.000 dólares por el mencionado pago.

Petrobras asumía ese costo pagando el transporte en territorio nacional a Gas Trans Boliviano (GTB) -subsidiaria de YPFB Corporación- y, desde el Mutún, a Transportadora Brasileira Gasoducto Bolivia -Brasil (TBG).

Con esta nueva adenda la afectación económica a la economía será de 5,4 millones de dólares. Hasta fin de año, lo que dejará de percibir YPFB ascendería a 52,5 millones de dólares.

Sin embargo, Bolivia dejaría de pagar más de 5.000 millones de dólares por concepto de penalidades al Brasil por concepto del “Take or Pay”, por la energía no retirada pero pagada; según Victor Hugo Zamora, ministro de hidrocarburos.

La empresa estatal YPFB firmó un contrato para la compra de combustibles a la estatal peruana de hidrocarburos Petroperú, en el marco de contingencia nacional que engloba a más de 2.600 barriles de diésel HS y 650 barriles de gasolina de 84 octanos, volúmenes que podrán incrementarse de acuerdo a las partes, hasta diciembre 2020. La compra de diésel se justifica por la alta demanda que hay en el mercado interno de este producto por las medidas de cuarentena dinámica.

El diésel se usa en gran medida para la maquinaria pesada, la agroindustria y los sistemas aislados de energía de electrificación nacional. YPFB aclara que no es necesario importar gasolina porque la actual producción satisface el requerimiento nacional.

Menos ingresos para Bolivia