Este tipo de rankings vio la luz en 1994 y desde entonces su presentación se fue perfeccionando con la incorporación de metodologías internacionales de medición y la adaptación de tales instrumentos a la realidad específica de las entidades de intermediación financiera en el país.

El antecedente más remoto data de enero de 1994 (edición No. 12) con la publicación de un informe de la Bolsa Boliviana de Valores con un listado de los Agentes de Bolsa que los ordenaba según los volúmenes operados durante la gestión 1993. En los cinco principales lugares aparecían BIBSA Valores, Probolsa, Banco de la Unión, BBA, Mercantil. Una llamada en la tapa de la edición promociona la nota contenida al interior: “Ranking 1993. Los agentes ‘top’ de la Bolsa”.

En agosto de 1994 (edición No. 40) se publica el primer ranking de Aseguradoras, que aparece encabezado por las compañías Boliviana Ciacruz y Nacional.

En octubre de ese mismo año aparece el primer esbozo de un ranking propiamente dicho. La edición No. 50 incluye una nota sobre “Los cinco mejores bancos de Bolivia”, clasificados por su patrimonio, resultado neto, rentabilidad, cartera y mayor crecimiento real en sus depósitos. Allí aparecen algunas entidades que hoy ya no están presentes en el mercado bancario, así como otras que cambiaron de nombre como resultado de alguna fusión.

Un mes más tarde (edición No. 53), en la misma línea, se publica la nómina de Mutuales de Ahorro ordenada según indicadores económicos, esta vez con el rótulo explícito de “Ranking”. Sin embargo, en ambos casos, los datos no medían la gestión anual completa, sino solamente una parte de ella: enero-junio 1994, en el caso de los bancos y enero-agosto en el de las Mutuales.

Dos intentos rescatables en un mercado nacional, poco afecto entonces a compararse con la competencia, por temor a no quedar incluido en las posiciones más relevantes.

El primer ranking de bancos aparece en abril de 1995 (edición No. 70) bajo el título “Los mejores bancos de Bolivia”. Por primera vez se usan criterios financieros: rentabilidad, solvencia, liquidez y riesgo. Se introduce una categoría para medir la productividad (relación número de empleados vs. Activos).

Bajo ese esquema, en los años siguientes se van publicando rankings de Bancos, Mutuales, Seguros, Fondos Financieros Privados (antecesores de los bancos Pyme) e incluso de Cooperativas (en este caso bajo la metodología Perlas, tradicional en Estados Unidos para el sector).

En 1998 se registró otro hito. Se aplica por primera vez la metodología internacional Camel (capital, activos, management (administración), earnings (ganancias) y liquidez). Ese año se elaboró dos rankings, uno bajo el sistema tradicional y otro con el método Camel. Años después, para tener un mejor registro, al Camel clásico se le añadió el “Camel+”, que incorpora a la banca especializada en microfinanzas, de gran relevancia en el sistema financiero boliviano. Los porcentajes de valoración de cada componente se adecuaron al contexto nacional.

La última novedad se registró en 2016 cuando se unifica en un solo documento los rankings de Bancos, Seguros, Safis e IFDs que hasta entonces se publicaban por separado.

HISTORIA DEL RANKING FINANCIERO

Ya se ha cumplido un cuarto de siglo de la publicación ininterrumpida de los rankings financieros por parte de Nueva Economía, el primer semanario económico especializado de Bolivia.