Casi un año antes de lo previsto. Luis Carranza Ugarte, presidente ejecutivo de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina–, se retira de su cargo, para permitir que la organización continúe su labor de forma independiente, por la institucionalidad lejos de la politización. Deja una institución fortalecida gracias a una estructura que corresponde a la realidad del tamaño, objetivos y responsabilidades de la entidad.

Los cuatro años de gestión cierran un ciclo que representa un punto de inflexión en sí mismo, dado que Carranza tuvo como objetivo preservar la institucionalidad de CAF, aumentar su eficiencia y responder a los retos que enfrentan nuestros países.

La incorporación de México y Costa Rica como miembros plenos de CAF, el programa de capacitación virtual, iniciado en 2017 y hoy fortalecido, o un crecimiento del 28% en la cartera consolidada, son algunos de los hitos logrados por la administración actual, con apoyo del Directorio y de todos sus colaboradores.

En tema de desarrollo, en el que se involucran personas. Es donde CAF pone su foco, es donde se encuentra el ADN de la institución. Esto se traduce en créditos que se han generado para lograr, por ejemplo: más de 3.1 millones, beneficiadas por una conexión nueva o mejorada de agua potable y/o alcantarillado, 163 mil cien M2 de infraestructura educativa construida o rehabilitada, cerca de 100 mil estudiantes beneficiados por proyectos de educación, 5,5 mil kilómetros de carreteras construidas, mejoradas o rehabilitadas, entre muchos otros.

“Se llevó a cabo una reestructuración de la organización que nos ha permitido alcanzar estos logros y objetivos. Desde la creación de nuevas áreas, como la Vicepresidencia de Riesgos, a la implementación de un plan de austeridad, que permitió reducir los gastos de viajes en un 40%” afirma Carranza Ugarte..

También aseveró que: ”Se apostó por la transformación digital de la organización y una gestión operativa más eficiente, estableciendo metas estratégicas con indicadores medibles. Todo ello, para lograr nuestro objetivo: que los recursos estén donde más se necesitan, apoyando el desarrollo de América Latina y llegando a las personas”, señaló.

Igualmente, según Carranza, durante la pandemia se actuó de manera rápida y efectiva con un récord de aprobaciones de más de 14.000 millones de dólares, dirigidos fundamentalmente a apoyar a los países en su esfuerzo por atender esta difícil situación.

CAF-Banco de Desarrollo de América Latina-, es una de las pocas historias de éxito de la integración regional en América Latina, victoria que se ha logrado gracias a que sus países miembros han apoyado el fortalecimiento patrimonial y ha mantenido la independencia institucional de la entidad, algo clave desde la perspectiva de la actual administración.

Si bien Carranza afirma que la “decisión no ha sido fácil”, cree que es el momento de dar un paso a un lado, “permitiendo que la organización continúe su labor de forma independiente, preservando su institucionalidad lejos de la politización”.

CAF -banco de desarrollo de América Latina- tiene como misión impulsar el desarrollo sostenible y la integración regional, mediante el financiamiento de proyectos de los sectores público y privado, la provisión de cooperación técnica y otros servicios especializados. Constituido en 1970 y conformado en la actualidad por 19 países -17 de América Latina y el Caribe, junto a España y Portugal- y 13 bancos privados, es una de las principales fuentes de financiamiento multilateral y un importante generador de conocimiento para la región. Más información en www.caf.com

El Presidente de CAF se retira de su cargo, por la institucionalidad

El cambio, que debía darse a inicios del próximo año, se ha adelantado por cuestiones de coyuntura política e internas de la propia organización.