El organismo pronostica para Bolivia un crecimiento negativo de 7,9%, aunque también adelanta una vigorosa recuperación de 5,6%, una de las tasas más altas pronosticadas para el 2021. La más reciente previsión de las autoridades económicas bolivianas señala una contracción de 6,2%, lo que muestra 1,7 puntos porcentuales de diferencia respecto al FMI.

El Fondo ha revisado al alza todas sus proyecciones tras constatar que la recuperación económica comenzó a afianzarse en el tercer trimestre de 2020 y espera que se irá fortaleciendo gradualmente a lo largo del 2021 por lo que también prevé importantes ascensos en el desempeño de las distintas economías.

Se proyecta que el crecimiento mundial será de −4,4% en 2020 y que alcanzará a 5,2% en 2021. Las economías avanzadas se contraerán este año en 5,8% pero crecerán en 3,9% en próximo año. El PIB de las economías emergentes tendrá un crecimiento negativo en 5,8, pero registra una expansión de 3,9% en 2021.

Las principales economías latinoamericanas tendrán caídas menores a las inicialmente programadas y recuperaciones más auspiciosas. Brasil se contraerá en 5,8% pero crecerá en 2,8% el siguiente año. Argentina tendrá crecimiento negativo en 11,8% y crecerá en 4,9% en 2021. El PIB mexicano disminuirá en 9% y crecerá en 3,5% el siguiente año.

Perú y Ecuador tendrán contracciones sin precedentes -13,9% en el primer caso y -11% en el segundo. El peor pronóstico es para Venezuela -20%.

La mejora de las proyecciones respecto a los datos junio pasado refleja el efecto neto de dos factores opuestos: el ímpetu al alza generado por las cifras del PIB del segundo trimestre, que superan las expectativas (sobre todo en las economías avanzadas) y el empuje a la baja producido por el persistente distanciamiento social y el estancamiento de la reapertura en el segundo semestre del año.

“La economía mundial está comenzando a dejar atrás los mínimos en los que cayó durante el Gran Confinamiento del mes de abril”, dice el FMI, pero advierte que, aunque la recuperación de China ocurrió con más rapidez de lo esperado, el largo camino que deberá recorrer la economía mundial para retomar los niveles de actividad previos a la pandemia sigue siendo susceptible a obstáculos.

El organismo es cauteloso respecto al crecimiento de mediano plazo. Tras el repunte de 2021, el pronóstico de base para la economía mundial prevé que el crecimiento se

desacelere de forma gradual hasta aproximadamente 3,5% a mediano plazo. Esto implica que tanto las economías avanzadas como las de mercados emergentes y en desarrollo avanzarán solo ligeramente hacia la trayectoria de crecimiento que se proyectaba para 2020–25 antes de la pandemia lo que indica un fuerte retroceso del ritmo proyectado de mejora de los niveles de vida promedio en todos los grupos de países.

Las mayores secuelas de la pandemia serán el aumento de la pobreza, una creciente desigualdad los retrocesos en la acumulación de capital humano. La magnitud de la crisis requiere importantes esfuerzos multilaterales, anota el FMI.

La recesión asociada con el Covi-19 afectará particularmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes).

Esas empresas suelen ser más vulnerables por el carácter limitado de sus reservas y su acceso al crédito. Sin embargo, cabe esperar que los efectos de la crisis actual en las pymes sean aún más graves que en crisis anteriores, porque estas se concentran mayormente en los sectores más perjudicados, como el de restaurantes, hoteles y artes y esparcimiento. Es inevitable que aumenten los riesgos relacionados con la liquidez y la solvencia, lo que podría poner en riesgo el empleo y la deuda de las pymes.

Economía de AL se contraerá en 8,1