En este primer semestre se nota una recuperación en el consumo y la reactivación paulatina de algunas obras. Al levantarse las restricciones es obvio que las cifras suben, pero no se puede hablar de un crecimiento, ya que apenas estamos iniciando una recuperación de una caída que se puede calificar de catastrófica”, señaló Marcelo Alfaro, Gerente General del Instituto Boliviano del Cemento y el Hormigón (IBCH).

De acuerdo a Alfaro, el cemento es el segundo material más consumido por el hombre, después del agua, y es un indicador del desarrollo y la calidad de vida de un país.

“En Bolivia, la industria cementera es muy grande y genera, en su conjunto, alrededor de 5.000 empleos directos y aproximadamente 50.000 empleos indirectos. Además, el cemento está íntimamente ligado a toda la cadena productiva de la industria de la construcción que es, a nuestro entender, la mayor generadora de empleo”, dijo el ejecutivo.

Actualmente, el país tiene una capacidad instalada de unos 8 millones de toneladas por año. El mercado del cemento, en 2019, estuvo alrededor de 4 millones de toneladas, pero en 2020 cayó a 3 millones. Ante esto, el Gerente General del IBCH subraya que si bien es una fortaleza que se cuente con una capacidad instalada que cubra con holgura la demanda, esto es problemático para todas las industrias, ya que tienen que trabajar prácticamente por debajo de la mitad de su capacidad y, por lo tanto, la productividad y la rentabilidad bajan mucho y complican la situación financiera de las empresas.

Hoy, el desafío principal es la reactivación del sector constructor y, para lograrlo, se requiere atender varios temas, desde el pago a muchas empresas constructoras que tienen varios proyectos paralizados, hasta la generación de nuevas obras, especialmente en el campo de la infraestructura que tanta falta hace en el país. “Es importante tener en mente que la reactivación del sector constructor tiene un efecto en cascada, porque moviliza a varios sectores, como minería, transporte, servicios, hormigón premezclado, explotación de agregados, ferreterías, etc., generando una importante cantidad de empleos tan necesarios actualmente”, agregó Alfaro.

El futuro del sector

La pandemia ha provocado la pérdida de muchos empleos, ha reducido la demanda de cemento, el mercado inmobiliario ha caído, así como el comercio en general, además del turismo y varios otros rubros.

“El desempeño de los sectores del cemento y el hormigón premezclado dependerá, en gran medida, de las decisiones de las autoridades de todos los niveles del Estado. La recuperación tiene que considerar medidas urgentes, pero en inversiones que a largo plazo tengan repercusiones para el desarrollo del país. Si observamos el ejemplo de otros países, en Estados Unidos el presidente Joe Biden anunció una inversión de 2 billones de dólares en infraestructura, de los cuales 620 mil millones serán destinados a modernizar más de 32,000 km de vías. Otros países, como Colombia, están trabajando en asociaciones público-privadas y concesiones viales”, remarcó el entrevistado.

Para Alfaro, la recuperación de la economía pasa por la reactivación del sector constructor. “La falta de recursos del sector público puede ser compensada, de alguna forma, involucrando al sector privado, ya sea mediante asociaciones público-privadas u otros mecanismos financieros, aunque probablemente sea necesario realizar algunos ajustes en normativas de contratación”, agregó.

EMPRESAS CEMENTERAS

FANCESA

Durante el primer semestre de la presente gestión, Fancesa, al igual que el resto de las cementeras, ha tenido dificultades en los procesos de elaboración y comercialización de cemento por la recesión económica y la pandemia del Covid-19. “No obstante, de estas dificultades podemos afirmar dos de muchos logros concretados en este periodo, a fines de abril de este año hemos inaugurado la Nueva Línea de Producción, con una inversión de más de 215 millones de dólares; y, además, hemos firmado un contrato con el Grupo Lafuente para proveer cemento al proyecto de la Nueva Santa Cruz”, manifestó Carlos Diaz Quevedo, Gerente General de la empresa.

Para Diaz, el principal aporte de la empresa es proveer el mejor cemento de Bolivia al mercado de la construcción. Además, la plaza comercial de la cementera alcanza a ocho de los nueve departamentos del país.

“A futuro, uno de nuestros mayores proyectos es consolidarnos como la primera cementera de Bolivia y extender nuestra plaza comercial más allá de las fronteras de Bolivia, llegando a Paraguay y al norte de Chile”, finalizó el gerente general de Fancesa.

ITACAMBA

“Nuestra marca, Cemento Camba, es líder en Santa Cruz gracias a la calidad del producto y al fortalecimiento de nuestra estrategia enfocada en el fomento de la demanda y en las necesidades de los clientes. A la fecha tenemos más del 35% de participación en el mercado. Asimismo, nuestra participación total en el mercado boliviano viene creciendo de manera sostenible, situándonos con un 18%”, destacó Alexander Capela, Gerente General.

La expectativa de la cementera es que, en la medida que los proyectos de infraestructura se reactiven, la demanda vuelva a estabilizarse y termine el próximo año con la demanda registrada en 2019. “Hay capacidad instalada para atender a grandes proyectos y, como Itacamba, estamos listos para aportar al crecimiento de Bolivia”, agregó Capela.

De manera directa, Itacamba genera cerca de 210 empleos directos y más de 1.000 indirectos, además de aportar a la economía a través de los impuestos. Cuenta con un programa de Responsabilidad Social que ya lleva impactando en la vida de más de 40.000 personas, mediante 100 proyectos.

“Itacamba tiene una inversión activa de 260 millones que garantiza la satisfacción de la demanda interna de cemento. Durante este año continuaremos invirtiendo en proyectos e incursionaremos en iniciativas de sostenibilidad”, finalizó Capela.

SOBOCE

SOBOCE S.A. acaba de inaugurar la modernización de la Planta de cemento Warnes en Santa Cruz, donde, con una inversión de Bs 222 millones, instaló equipos de alta tecnología con los cuales produce un renovado cemento Warnes.

“Los objetivos de la inversión son consolidar a la Planta de cemento Warnes como uno de los centros productivos con la mejor tecnología y segundo, contribuir a la reconstrucción de la economía boliviana. De esta manera, la compañía completa su fortalecimiento que inició en 2018 en la Planta de cemento Viacha en La Paz, donde también instaló moderna tecnología con una inversión superior a los Bs 500 millones”, destacó Juan Mario Ríos, Gerente General.

Se cuenta con nuevos sistemas de molienda con un molino vertical de la empresa alemana Gebr Pfeiffer; ensacado automático y despacho paletizado de la empresa Claudius Peters, también de Alemania; nuevos sistemas de alimentación, transporte y almacenamiento de materias primas y una nueva subestación eléctrica para la Planta.

Por otro lado, la empresa ofrece al sector de la construcción dos tipos de cemento con mejores características de calidad: Cemento IP30 y Cemento IP40, en sus marcas Viacha, Warnes, El Puente y Emisa. Un cemento con mayor resistencia y mejores características de fraguado y durabilidad, entre otras ventajas.

“En el caso del renovado cemento Warnes, es un cemento ecoamigable, debido a que en todo el proceso se mejoró el cuidado del medio ambiente como el transporte de la materia prima en cintas automáticas cubiertas y, además, en la reducción del consumo de energía por la tecnología empleada”, explicó Ríos.

Además, el Gerente General subrayó que a pesar de la situación de la pandemia y la condición de la economía, la empresa no suspendió la inversión y concluyó el Proyecto en Warnes. “Con esa misma visión se continuará modernizando el resto de los centros productivos. Inversión para enfrentar la situación y recuperar la economía”.

EN 2020, EL SECTOR CEMENTERO CAYÓ UN 25 PORCIENTO

El año pasado, la caída del sector cementero fue, aproximadamente, de un 25%. “Esta cifra es muy significativa e implica un retroceso en unos siete años, es decir que el consumo de cemento fue similar al que se alcanzó en 2013.