Un 50% de los establecimientos hoteleros cerró sus actividades, ya sea de manera temporal o definitiva. En el sector gastronómico un 41% tuvo que cerrar una o varias sucursales. El turismo internacional está paralizado y el turismo interno frenado, salvo algunas reducidas actividades durante el Carnaval y la Semana Santa.

En la construcción, en enero 2021, se aprobaron en Santa Cruz, permisos de construcción por casi 80.000 metros cuadrados, un 57% menos que en el 2020 cuando fueron casi 190.000 metros cuadrados y además el consumo de cemento en el mismo período bajó un 24%, de 303.000 a 230.000 toneladas.

El comercio formal está siendo asolado por el contrabando, la falta de liquidez y el acceso al financiamiento, remarcó Antelo.

Sin embargo, también mencionó los aspectos positivos que se visualizan en el agro, ya que en la campaña de verano, el productor recibió en promedio, entre 390 y 410 dólares por tonelada. El sector sembró 1.055.000 hectáreas de grano de soya con buenos rendimientos que superaron las 2 toneladas por hectárea, gracias a condiciones climáticas favorables.

La actividad ganadera consolidó sus exportaciones a China, Perú, Ecuador y Rusia, que, sin embargo, están siendo obstaculizadas por un Certificado de Abastecimiento, similar al que limitó el crecimiento del sector oleaginoso.

Antelo explicó que los efectos de la pandemia aceleraron los procesos de digitalización e innovación de las empresas con herramientas para facilitar el comercio y la simplificación de trámites, siendo el camino certero para la reducción de costos, la lucha contra el contrabando y la corrupción.

Asimismo, afirmó que para reactivar la economía del país, se debe incentivar las exportaciones no tradicionales, desde lana de los camélidos hasta soya en sector agrícola.

También, apoyar la producción de alimentos, desde el agricultor o ganadero hasta las industrias que garantizan la canasta familiar, generan empleo y traen divisas.

Debe respaldarse los emprendimientos que ya funcionan como los retails, cadenas de farmacias o restaurantes y el turismo interno. Debe protegerse el empleo con incentivos y no sólo con normativas e impulsar las opciones para los jóvenes y mujeres que ingresan al mercado laboral, manifestó el empresario.

Santa Cruz representa un tercio del PIB nacional, es decir más de 12.000 millones de dólares, el 75% de la producción agrícola, alrededor de 15 millones de toneladas, más de la mitad de la producción pecuaria (carne bovina y de pollo, lácteos y huevos).

“La región es el pilar de la seguridad alimentaria y de las exportaciones no tradicionales y el destino de muchos hermanos bolivianos que buscan mejores días para su economía familiar”, aseveró.

Antelo sostuvo que las alianzas y las articulaciones público-privadas constituyen unas de las claves en los países que logran reducir la pobreza e incrementar la calidad de vida de sus habitantes, incentivan la privada nacional y extranjera, generando un modelo virtuoso que multiplica los resultados económicos y sociales.

Son buenos ejemplos, el proceso de exportación de carne y la incorporación del etanol a la matriz energética.

EMPRESARIOS CRUCEÑOS NO PERCIBEN GENUINA REACTIVACIÓN ECONÓMICA