Sin embargo, los datos acumulados del primer semestre nos muestran una perspectiva más alentadora: una expansión de 5% en el ahorro y un modesto crecimiento de la cartera de préstamos del orden del 1,3%, según el último informe de ASFI, la entidad de regulación del sistema financiero.

La buena noticia es que la mora permanece estable en 1,9%, aunque habrá que estar atentos a su evolución hasta cuando concluya el período de diferimiento de los pagos. Las entidades financieras reiniciaron el cobro de los préstamos, particularmente a los asalariados.

A junio, los ahorros en el sistema financiero boliviano suman un total de 27.502 millones de dólares, frente a 27.586 millones de mayo y 26.157 millones de diciembre pasado. Por su parte, el volumen de créditos asciende a 27.129 millones de dólares, comparados con 27.158 millones de mayo pasado y 26.787 millones de diciembre 2019.

El patrimonio del sistema presenta a junio una disminución respecto a los valores del año precedente; sin embargo, el Coeficiente de Adecuación Patrimonial (CAP) se mantiene por encima del mínimo requerido (10%) en todos los subsistemas. Las previsiones para cartera en mora van en aumento.

Se advierte una baja de 30% en las utilidades, respecto a junio de 2019. El monto que corresponde a este año asciende a 697 millones de bolivianos, frente a 1.015 millones de junio de 2019. Es evidente el impacto de la pandemia en el sistema financiero en este capítulo.

Las cifras muestran estabilidad en cuanto al número de depositantes, sin embargo se registra una reducción de algo más de 10.000 prestatarios en el último mes y de casi 9.000 prestatarios respecto a diciembre pasado.

Depósitos y créditos se frenan