“Su historial como Ministro de Finanzas de Morales estuvo marcado por un gran gasto público que no generó fuertes entradas de divisas y que no impulsó el desarrollo del sector privado”, apunta el documento.

En esa perspectiva, se expresan dudas respecto a “esperar de Arce algo radicalmente diferente de lo que se tenía en el pasado”.

Se destaca es que el resultado electoral del pasado domingo contribuirá a sofocar la agitación política que siguió a las cuestionados comicios presidenciales del año 2019. La estabilidad política, dice Oxford Economics, será un activo importante para la próxima administración.

Sin embargo, lo que preocupa a la consultora es que el futuro mandatario no haya manifestado una propuesta para superar los persistentes desequilibrios externos y fiscales de la economía boliviana y que más bien sus promesas electorales de campaña parecen sugerir que “habrá grandes déficits fiscales en el corto plazo”.

Arce anunció que impulsará las transferencias en efectivo para reactivar la demanda interna y que reactivará los proyectos de inversión pública para apoyar la reactivación económica. “Es difícil argumentar en contra de la necesidad de apoyo del gobierno para ayudar a la economía a salir de la actual crisis económica, pero dudamos que volver a las políticas de gasto excesivo de la administración Morales sea sostenible, especialmente en un contexto de menores ingresos por exportaciones de gas natural”, subraya Oxford.

Las propuestas de Arce incluyen el diferimiento del pago del servicio de la deuda boliviana que, junto a un nuevo impuesto sobre el patrimonio permitiría financiar los planes de gasto para reactivar la economía.

El análisis expresa sus dudas respecto a si la estrategia de Arce puede ser compatible con el mantenimiento de un tipo de cambio fijo en medio de la reducción de las reservas internacionales a unos 6.200 millones de dólares, aún si la renegociación de la deuda externa sea exitoso.

Oxford remarca que “el largo mandato de Arce como Ministro de Finanzas de Morales estuvo marcado por proyectos de inversión pública que no lograron mantener las entradas de divisas deseadas y mantuvieron a las empresas privadas al margen de la economía. Esto nos hace ser escépticos sobre esperar ahora algo radicalmente diferente de él de lo que Bolivia tenía durante el mandato de Morales (2016-19)”.

Arce, más de lo mismo