Un nuevo ciclo para Bolivia: la tendencia descendente en la economía
José Gabriel Espinoza

Un nuevo ciclo para Bolivia: la tendencia descendente en la economía

08/06/2024

El desafío hacia futuro, tanto para el proceso de estabilización como para las reformas estructurales, parte por enfrentar las variables coyunturales de deterioro, así como intentar cambiar las expectativas de los hogares en cuanto a precios fijos de los recursos de la mejor manera posible.

Bolivia está atravesando un nuevo ciclo, que se ha reflejado en la ralentización de su economía, según el Msc. José Gabriel Espinoza, exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB) y pese a su crecimiento, faltarían los recursos debido al ritmo de crecimiento que tiene su población.


“En 2022, el Gobierno pretendía que el país creciera al 5.1 %, pero el promedio de las proyecciones multilaterales era de 3.5 % y terminamos creciendo 3.48 %. En 2023, el Gobierno sostenía que íbamos a crecer 4.9 %, sin embargo, crecimos al 3.1 %, aunque la mayoría de las multilaterales hablaban de 2 %. Para 2024-2025 prevemos un crecimiento de alrededor 2 %, mientras que el Gobierno estima que sea de 3.7 %”, explicó Espinoza.


Advirtió que, si la estadística se cumpliera, “tendríamos un 2024-2025 en el que, a pesar de tener un crecimiento en la economía, la torta no crecería”. En el mejor de los escenarios, se tendría un estancamiento del ingreso per cápita, lo que significa una ralentización del entorno de negocios.


Para el analista económico, la población de Bolivia está creciendo a un ritmo de alrededor 1.8 %, pero el caso del eje troncal supera el 2%, es decir que “si lo que producimos crece solo 2% y la población se está incrementando a ese ritmo, la torta a repartirnos no crecerá, mientras que la cantidad de personas que exige un pedacito más de esa producción sí ha crecido”.


Por eso es que las empresas y los hogares viven una realidad diferente a la que pasó en los últimos 18 años, ya que, a pesar de algunos momentos de caída, con pandemia incluida, siempre hubo un crecimiento del ingreso.


En una perspectiva macroeconómica, Espinoza afirmó que el crecimiento económico de 2023 ha mostrado una tendencia descendente. El colapso en el sector transable (aquello que puede ser exportado) explica la caída general y también la falta de divisas. Mientras que el sector no transable (servicios, construcción e industria no exportadora) ha mantenido la dinámica por factores de ajuste antes que de crecimiento.


“Lo que tenemos que tener presente es que la tendencia para el 2024, de mantenerse la actual política económica, tiende a deteriorar todavía más los indicadores del año pasado y se prolongaría hasta el siguiente año”, advirtió.


Para Espinoza, Bolivia está saliendo de un ciclo largo y alto de crecimiento de ingresos, que acostumbró a la población a tener estabilidad en sus ingresos, pero al mismo tiempo estuvo acompañado de precios relativamente bajos.


Pero es porque el mundo tuvo un ciclo de expansión monetaria enorme, con bajas tasas de interés y baja inflación, tres condiciones que nunca se habían visto en la historia.


“Pero ahora, desde la psicología del consumidor, estamos en una disyuntiva entre estabilidad y cambio, y la estabilidad la hemos vinculado una fijación de precios. Y es que el país también atraviesa retrasos de precios estructurales y bastante más amplios de lo percibidos, ya sea de la energía (gas, gasolina, diésel), la cotización del boliviano (sin cambio desde 2011) y las tasas de interés reguladas (desde 2014)”, indicó.


Espinoza explicó este contexto el marco del curso virtual “Economía y realidad económica de Bolivia para no economistas en facilito”, organizado por el Grupo Nueva Economía, bajo la temática “Realidad de la macroeconomía en Bolivia: desafíos y perspectivas para el futuro”.


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Nota editorial: Por Grupo Nueva Economía · Última actualización 08/06/2024