Actividad empresarial: un 2024 cargado de retos
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Actividad empresarial: un 2024 cargado de retos

03/04/2024

El 2023 fue un año difícil para el sector industrial, de comercio, farmacéutico, empresarial y de servicios. La gestión estuvo marcada por varios acontecimientos que todavía son superados con mucha resiliencia por todos estos sectores, uno de los más significativos fue la escasez de dólares y el encarecimiento de esta moneda extranjera en el país.

Asimismo, el clima de negocios se complicó por la inestabilidad política y social que constantemente se vive en Bolivia y que es otro de los factores que afecta continuamente el normal desempeño de los sectores de nuestra economía. La preocupación se incrementa en el período pre electoral, donde la conflictividad genera desconfianza en diversos sectores de la economía, sobre todo entre los inversores internacionales.


Cifras presentadas por diferentes instituciones revelan que hubo una caída en muchos de los indicadores económicos y demuestran que los efectos de la pandemia todavía están siendo superados en muchos de los sectores.


Para este 2024, una de las principales preocupaciones es disipar la incertidumbre sobre la escasez de dólares, lo que puede lograrse por el impulso a los sectores que pueden aportar rápidamente divisas al país; superar el acceso a materias primas en el exterior; promover la

actividad privada, las exportaciones y la inversión privada, además de un entorno propicio para ello.


Esta gestión todavía será un desafío para todos estos sectores que esperan mantener sus actividades y adaptarse a las nuevas condiciones económicas, además de políticas y sociales. Finalmente, la intervención conjunta público-privada es un pedido de todos los sectores para crear políticas que permitan superar las dificultades, creen un entorno seguro en el país, logren seguridad jurídica y promuevan la iniciativa privada e inversión extranjera.


FEPC: Cauteloso optimismo


La Unidad de Economía, Desarrollo Empresarial y RSE de la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba señala que el 2023 estuvo marcado por un crecimiento moderado del PIB boliviano, que se estima llegó a una tasa del 4,1%. Sin embargo, descontando la inflación se situaría alrededor del 2%.


Este crecimiento fue impulsado por los sectores de servicios y obras de la administración pública, que representa un 20% a nivel nacional; industria manufacturera (17%), actividades agropecuarias (15%), transporte, almacenamiento y comunicaciones (12%), servicios financieros, seguros e inmuebles (10%) y otros sectores (26%).


“Aunque positivo, ese crecimiento se encuentra por debajo del potencial de la economía boliviana a causa de la informalidad y el intervencionismo del

Estado en muchas actividades que puede hacer el sector privado, incluso con mejores resultados”, dijo Luis Laredo, Presidente de la FEPC.


Anotó que la incertidumbre política y económica es la preocupación que más afecta al empresariado y a la economía.


“Los conflictos políticos están generando desconfianza en diversos sectores de la economía, sobre todo a nivel de inversores internacionales, lo que dificulta la planificación a largo plazo de las empresas. Los conflictos sociales y protestas afectan la estabilidad y la operación de las empresas”, manifestó.


Pese a esto, “somos cautelosamente optimistas, esperamos un crecimiento moderado de la economía, en torno al 3%, impulsada por los sectores agropecuario, con un crecimiento del 4,5% debido a las condiciones climáticas favorables y a la demanda externa e interna; el sector de la construcción, con una tasa de 5% impulsado por la inversión pública y privada en infraestructura; y servicios, con un crecimiento del 4,2% debido al dinamismo del sector tecnológico, comercial y financiero”, acotó. Sin embargo, la inflación podría afectar estas perspectivas.


CNI: La industria experimenta contracción


“La industria experimenta una etapa de contracción en su actividad económica”, sostuvo Pablo Camacho, Presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI). El crecimiento del PIB industrial en 2023 descendió a 0,5%, cuando en 2022 se registró una tasa de 2,2% y en 2021 de 3,9%.


“Se trata de un descenso en el ritmo de actividad económica industrial, a consecuencia de factores nacionales e internacionales”, explicó.

Detalló que ese descenso puede reflejarse en los siguientes indicadores:

Los créditos de la banca múltiple al sector industrial cayeron 2,6%, en 2023; respecto de 2022.


El número de industrias registradas en el Seprec aumentó en 2,01%, en 2023, equivalente a 776 nuevas industrias. Las exportaciones industriales cayeron 19,8% en 2023, respecto de 2022, sumando 5.556 millones de dólares.

Asimismo, las importaciones industriales aumentaron 3,9%, situándose en 4.057 millones de dólares. La balanza comercial del sector industrial alcanzó un déficit de 1.490 millones de dólares en 2023, cuando en 2022 el déficit llegó a 2.630 millones.


En 2023, las importaciones de bienes de consumo no duradero industrial que compiten con el sello “Hecho en Bolivia” subieron 3,9%, alcanzando a 1.292 millones de dólares. Esto refleja que el contrabando también crece.

Para Camacho, este 2024 será de desafíos que requerirán atención y acción conjunta. “Debemos estar preparados para adaptarnos y responder de manera efectiva. El signo de estos tiempos es la escasez en el mercado cambiario, energético, materias primas, insumos, mercado de capitales, entre otros”, afirmó.


Entre los retos y desafíos, considera necesario promover un entorno propicio para la inversión privada nacional y extranjera.


“Se requiere de seguridad jurídica y estabilidad económica para promover la iniciativa privada”, concluyó.


CNC: Inestabilidad política y social


La escasez de dólares ha dificultado la labor de los empresarios del comercio que deben realizar la mayoría de sus pagos en moneda extranjera, provocando, en varias oportunidades, el riesgo de incumplirlos con sus proveedores, anotó Jaime Ascarrunz, Presidente de la Cámara

Nacional de Comercio (CNC).


Asimismo, la escasez de combustibles también ha generado incertidumbre para el traslado de mercaderías y los bloqueos provocaron pérdidas importantes.


“Todo esto ha generado un incremento en los costos para quienes están dedicados al comercio, mismos que, en su mayoría, han sido absorbidos por las propias empresas, reduciendo su margen de ganancia”, comentó el ejecutivo.


A pesar de esto, Ascarrunz destacó que la principal fortaleza del sector es la resiliencia, lo que ha permitido que las empresas continúen con sus operaciones.


El ejecutivo considera que este 2024 el sector seguirá enfrentando los problemas derivados de la inestabilidad económica y social.


“Por ello, los empresarios han planteado una serie de medidas que se han incorporado al acuerdo de diez puntos firmado hace poco. Esperamos que sea el principio de un diálogo público-privado, que pueda generar mayores coincidencias sobre políticas que promuevan la actividad privada, las exportaciones y la inversión privada”, manifestó.


Opinó que el mayor reto que enfrenta el empresariado “es el de generar un ambiente de respeto y promoción para la inversión privada, nacional y extranjera”.


Sin embargo, la mayor preocupación como sector en el corto plazo es la inestabilidad política que podría presentarse en el país por el periodo electoral. “Esperamos que este 2024 logremos mantener nuestras actividades y adaptarnos a las nuevas condiciones económicas. Más adelante esperamos recuperarnos de los golpes que hemos sufrido en los últimos años”, acotó.


CIFABOL: Momento de superar desafíos


La industria farmacéutica boliviana enfrenta todavía en 2023 los desafíos que le planteó la pandemia del covid. Sin embargo, estos retos están siendo superados con el compromiso que tiene el sector con la población para que acceda a medicamentos producidos en el país.


Sus principales desafíos están relacionados con la salud pública, ante posibles nuevas pandemias o endemias, así como con temas económicos e internacionales


“Esto nos ha llevado a priorizar diversos temas, como la mejora de los accesos a materias primas del exterior, generar la triple hélice del conocimiento (academia/ industria/gobierno) y la preocupación por la competencia que se vendrá debido al ingreso de Bolivia al Mercosur”,

afirmó Javier Lupo, Presidente de la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (Cifabol).


No obstante, Lupo destacó que con sus más de 86 años de presencia en el país, la industria farmacéutica conoce las principales necesidades en medicamentos e insumos médicos.


“Generamos empleo para más de 7.000 familias bolivianas de manera directa y 11.000 de manera indirecta. Estamos comprometidos en fortalecernos y seguir invirtiendo pese a la coyuntura que se atraviesa a nivel nacional y mundial”, añadió.


Dijo también que el sector esperamos que, dentro de un plazo razonable se pueda alcanzar la soberanía sanitaria, produciendo la mayor parte de los medicamentos que necesitan todos los bolivianos.


El ejecutivo de Cifabol confía en que durante el ejercicio 2024 se superen las dificultades que se tienen en acceso a materias primas en el exterior, se avance en el fortalecimiento de la autoridad reguladora, se mejore la participación del sector en la compra pública de medicamentos, se genere una mayor difusión y conocimiento de la industria farmacéutica nacional y los medicamentos bolivianos.


CAINCO: Mejorar la productividad


Los sectores de industria, comercio, servicios y turismo se vieron afectados por la sequía de divisas, manifestada en la falta de dólares y el encarecimiento de la moneda extranjera a nivel nacional; así como la pérdida de acceso a mercados financieros internacionales por el alto riesgo país y la disminución de la calificación crediticia Pablo Mendieta, Director del Centro Boliviano de Estudios Económicos (CEBEC) de Cainco, explicó que a esos problemas se sumó la debilidad del sector de hidrocarburos manifestada en

la caída de la producción y exportación de gas, la interrupción ocasional de la provisión de combustibles y el alto costo para el país del esquema de precios en el sector.


“No obstante, los sectores productivo y empresarial han mostrado resiliencia pese a un entorno adverso en lo externo, financiero y de baja demanda. Su base productiva empresarial aumentó 4% y llegó a las 85.000 unidades productivas al primer semestre del 2023”, señaló Mendieta.


Para este 2024 es prioritario disipar la incertidumbre sobre la disponibilidad de divisas, lo cual pasa por el impulso decidido a los sectores que pueden aportar rápidamente divisas al país; la activación de medidas que puedan mejorar el clima de inversión privada para empresas nacionales y extranjeras; el planteamiento transparente, abierto y amplio de una estrategia para la seguridad energética nacional de corto y mediano plazo.


Asimismo, la conformación de un equipo público, privado y académico que pueda analizar alternativas para mejorar la resiliencia del sistema bancario.


“Las urgencias de corto plazo no deben desviar la atención de mejorar la productividad del país como prioridad. Esta mejora pasa por todos los sectores, incluyendo el público que debe replantear su rol en la producción y cómo mejorar la eficiencia en el uso y la asignación de los recursos público”, finalizó.

Nota editorial: Por Grupo Nueva Economía · Última actualización 03/04/2024