El principal resultado del conflicto bélico en Ucrania será el surgimiento de un nuevo orden geopolítico global, vale decir un mundo multipolar.

Parece también evidente la consolidación de un sentimiento anti occidental que vino gestándose desde hace varios años y que en esta coyuntura adquiere un renovado impulso.

El nuevo eje China-Rusia será el contrapeso de Estados Unidos y de otros países europeos. La región de Asia-Pacífico verá mermada la protección de Washington pues la prioridad estadounidense estará puesta en frenar a Rusia.

No habrá que extrañarse del surgimiento de una etapa de mayor polarización política donde las enconadas posturas a favor de uno y otro bando harán casi imposibles los equilibrios. Las lógicas de ‘amigo-enemigo’ y de ‘el enemigo de mi amigo es también mi enemigo’ prevalecerán sobre cualquier análisis desapasionado.

La invasión rusa a Ucrania también sacudirá los fundamentos del poder en Europa. Los países tendrán que definir cuál es su posición en el nuevo orden mundial y no hay que descartar que las naciones más influyentes tratarán de hacer prevalecer sus intereses particulares por encima de los intereses de la comunidad europea.

El desafío a la democracia global será enorme. Hay un innegable avance de las corrientes autoritarias como las de Putin lo que pondrá en riesgo el ejercicio de las libertades fundamentales.

La guerra ha repuesto la carrera armamentista en el mundo lo que restará recursos que debieran destinarse para impulsar el desarrollo, potenciar la reactivación económica y cerrar las brechas de desigualdad. Es probable que con esa nueva tendencia armamentista revivan los conflictos nacionales o regionales irresueltos.

Nueva Geopolítica a raíz del conflicto bélico en Ucrania

El surgimiento de un nuevo orden geopolítico global, un mundo multipolar donde quedará en evidencia la disminución de la hegemonía estadounidense.