EL APOYO A LA ACCIÓN CLIMÁTICA
Apoyo Accion Climatica

EL APOYO A LA ACCIÓN CLIMÁTICA

01/07/2021

El cambio climático continúa produciendo eventos climáticos extremos y más frecuentes, como tormentas, sequías e inundaciones, lo que tiene un efecto desproporcionado sobre los pobres y la población más vulnerable.

Contar con acceso en tiempo y forma a la financiación para la ayuda y la recuperación luego de eventos climáticos extremos resulta fundamental, ya que los fondos de emergencia, los ahorros y los seguros contribuyen, considerablemente, a las capacidades de adaptación de las personas y las MiPyME.


Estos instrumentos financieros también son relevantes a largo plazo, ya que no son sólo los impactos inmediatos de un evento climático extremo o la pérdida catastrófica de los cultivos lo que necesita cobertura de seguro. Los riesgos ocultos del cambio climático, a largo plazo, incluyen la inseguridad alimentaria, la desnutrición, las enfermedades, el desempleo y el bajo crecimiento económico.


Entre 1998 y 2018, por ejemplo, el 91% de las muertes a raíz de tormentas ocurrieron en países de bajos y medianos ingresos, a pesar de que estos países solo experimentan el 32% de las tormentas.


En Bolivia existe un terreno muy fértil y prometedor para este tipo de iniciativas y todavía permanece muy poco presente en el mapa de las finanzas sostenibles en el mundo, tanto desde la perspectiva de regulación al sector financiero como de medidas de supervisión y medición de impactos. Las primeras iniciativas del sector privado comenzaron a materializarse en 2020, a través del diseño de nuevos fondos de inversión de impacto que podrían estar alineados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).


Con los nuevos desafíos del país, relacionados con la recuperación del impacto socioeconómico de la pandemia del Coronavirus, la recuperación de las zonas afectadas por los incendios de 2019 en la región de la Chiquitanía y la desaceleración del crecimiento económico de la industria extractiva, es necesario que también se piense en modelos financieros verdes e inclusivos, a partir del diseño de nuevos esquemas e instrumentos de financiamiento que combinen el amplio espectro de inversiones, que ahora existen en el mercado financiero de la banca y mercado de capitales, para canalizarlos y direccionarlos hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y agendas de desarrollo integrales.


Si bien la ayuda financiera luego de una catástrofe natural es necesaria incluso en países de altos ingresos y con altos niveles de inclusión financiera, las poblaciones con bajos niveles de inclusión financiera y las empresas requieren una ayuda mayor. Esto se debe a que la inclusión financiera ayuda a las personas pobres a ahorrar de formas que las expongan menos a los riesgos naturales que los ahorros en especie, como puede ser el ganado y la vivienda, lo que diversifica el riesgo.


También les posibilita acceder a crédito, acelerando y mejorando la recuperación y la reconstrucción.


La ciencia continúa señalando que es necesario reducir significativa y urgentemente las emisiones de carbono a fin de evitar aún mayores costos de mitigación a mediano y largo plazo, y destaca el peligro de no alcanzar el objetivo de mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2°C para 2050.


Existe una creciente demanda para que los encargados de la formulación de políticas y los entes reguladores desarrollen estrategias para apoyar la descarbonización. Además, se han visto acelerados avances en las finanzas verdes a nivel mundial.

Nota editorial: Por Grupo Nueva Economía · Última actualización 01/07/2021