Un selecto grupo de economistas nos presenta una serie de recomendaciones puntuales para el próximo gobierno, cualquiera que sea.

Más allá de algunos temas puntuales, el diagnóstico de la economía nacional es bastante conocido.

Luis Carlos Jemio (Ex ministro y economista): La tarea pendiente en el corto plazo es la introducción de ajustes para reducir los déficits gemelos (fiscal y externo), causantes de una pérdida acelerada de reservas internacionales y del aumento del endeudamiento externo. Racionalizar el gasto público superfluo e ineficiente.

El ajuste al precio de los carburantes es una medida que deberá ser encarada en algún momento, ya que el país no produce hidrocarburos líquidos en los volúmenes necesarios para abastecer la demanda interna que aumentó en forma sostenida.

El ajuste del tipo de cambio contribuiría a reducir los déficits gemelos y además reduciría la pérdida acelerada de reservas internacionales. También ayudaría a promover la actividad de sectores que producen bienes de exportación y sustitutos de importación lo que es necesario para que la economía se diversifique y reemplace a futuro la caída de los ingresos de exportación.

Diseñar acuerdos comerciales y tratados de libre comercio con EE.UU., Unión Europea, países asiáticos, y con los países de la región. Además fortalecer la institucionalidad para la apertura de mercados.

Crear las condiciones para que se produzca un aumento en la inversión privada.

José Luis Parada (Economista, asesor de la Gobernación de Santa Cruz): Debe buscarse la manera de equilibrar las finanzas públicas, reduciendo el desequilibrio de seis años de déficit. La única forma es aumentando ingresos o reduciendo gastos.

Es necesario solucionar los cinco años de déficit comercial gestionando políticas públicas que permitan abrir nuevos mercados y contribuyan a reducir las importaciones.

Aplicar un programa de austeridad, en el gobierno central.

Consensuar, entre los tres niveles de gobierno, un Pacto Fiscal capaz de frenar los años consecutivos de déficit fiscal y la iliquidez creciente en las finanzas públicas.

Analizar la política de subvención de los carburantes, tomando en cuenta que YPFB no cubre la demanda de los carburantes. Se debería suspender la importación de vehículos que eleva el consumo de carburante.

La nivelación de los precios del combustible deberá ser producto de una negociación con transportistas y sectores productivos para encontrar un punto de equilibrio.

Reactivar el mecanismo del Bolsín para manejar el precio del dólar.

Debería reponerse los controles de fiscalización Contraloría y de la Asamblea Plurinacional sobre las empresas públicas deficitarias.

Mauricio Medinaceli (Ex ministro y economista): Lo que corresponde hacer es buscar alternativas para reducir los “déficits gemelos”, financiados con reservas internacionales y con deuda externa, que ponen a la economía en una situación muy frágil.

Necesario armonizar el actual marco legal de la Constitución Política del Estado y Ley de Hidrocarburos, encontrar una solución creativa técnica y financiera que permita eliminar el subsidio a los hidrocarburos de manera paulatina: “puede ser un boliviano por año”.

Deben generarse políticas para estimular las inversiones que permitan la reposición de reservas con políticas de incentivos en exploración.

Frente los altos costos de exploración es imperioso pensar en mecanismos para introducir energías alternativas y más limpias.

En el tema hidrocarburífero es eminente analizar las normas para producción, reservas, mercados y precios en boca de pozo.

Deberá analizarse y encontrar soluciones al futuro de los contratos de exportación con Brasil, Argentina y encontrar nuevos mercados, provocando mayor consumo interno.

Institucionalización de YPFB sin injerencia partidaria.

Beatriz Muriel (Directora Ejecutiva, Fundación INESAD): Analizar los recursos futuros provenientes del gas natural para entender claramente cómo será la demanda de Brasil y Argentina, dados los cambios de la producción y la matriz energética que se están registrando en estos países.

Tomar en cuenta las perspectivas de los precios internacionales y de la propia producción interna en los siguientes años, punto clave para continuar con la estabilidad económica y la senda del crecimiento. Aplicar medidas correctivas necesarias.

Disminuir los costos de la formalización, fundamental para potenciar el aparato productivo. Diseño de políticas y mecanismos para mejorar la productividad y los ingresos laborales, aprovechando economías de escala.

Eliminación de la competencia desleal para que aumente el flujo de inversiones en la industria.

Pensar en una producción y consumo bajo los principios de la economía circular; encarando de manera integral el cuidado del medio ambiente.

Mejorar la calidad y el acceso de la educación y de la salud; importante en términos sociales y económicos.

Avanzar en el cambio de la matriz energética para estimular un mayor consumo de energía renovable y energía menos contaminante.

Oscar Molina (Economista y Vicerrector de la UPB): Necesarios ajustes fiscales paulatinos que permitan frenar los déficits fiscal y comercial a fin de que no sea necesaria la aplicación de políticas de shock que desatan el descontento social y que pueden derivar en una desestabilización y el inicio de una crisis.

Esto incluye la reducción del gasto público, adecuado manejo de la inversión pública, aumentos salariales prudentes, la diversificación del aparato productivo, disminuir la dependencia de los recursos naturales e incrementar la producción alternativa.

Frenar la velocidad del crecimiento de la deuda externa e interna que baje del 40% del PIB. Asimismo, evitar crezca el costo de oportunidad por el servicio a la deuda, que se encuentra en promedio del 3,4%.

Necesario contemplar la eliminación gradual de los subsidios.

Debe trabajarse en la definición de una agenda social que contemple la reducción de las desigualdades, de la pobreza, priorizando inversiones focalizadas en educación y salud que garantizan resultados a largo plazo.

El asunto del tipo de cambio debe abordarse con precaución. Los textos recomiendan una depreciación, pero eso podría generar una especulación y por la sensibilidad del tema, el público empezaría a demandar más dólares.

Jaime Dunn (Economista): Mayor disciplina fiscal, reducir el gasto, sobre todo la inversión pública en empresas estatales deficitarias.

Mantener el tipo de cambio fijo y evitar caer en la trampa de que la devaluación es la solución a los problemas de los exportadores. Abrir el país a la inversión extranjera y atraer capitales frescos en sectores más allá de las materias primas. Diseñar mecanismos de seguridad jurídica para las inversiones.

Revisar la obsoleta estructura tributaria que no se ajusta al mercado electrónico ni a las transacciones globales y que se convirtió en un mecanismo de desincentivo y persecución al formal.

Considerar la flexibilización laboral para facilitar la contratación de nuevos trabajadores.

Flexibilizar las obligaciones de colocación de cartera a tasas de interés fijadas por el gobierno, pues están creando una demanda artificial de activos que podrían generar futuros problemas financieros.

Actualización de la Legislación y normativas del mercado bursátil, pues Bolivia tiene la ley de mercado de valores más antigua y obsoleta de Latinoamérica.

Estimular a las AFP a invertir los recursos de los fondos de pensiones en el sector público y privado y en el exterior.

ECONOMÍA DEL DÍA DESPUÉS

El proceso electoral ha tenido un polémico desenlace. Al margen del resultado de las urnas, la economía surge como asignatura pendiente.