La consecución de dichos objetivos en general, y de la transformación circular en particular, requiere, sobre todo, de un avance por parte de las empresas para integrar modelos de negocio que permitan seguir incrementando su rentabilidad y minimizando los costes de operación.

Este incentivo viene reforzado por diversos estudios que constatan que las empresas con un mejor desempeño en sostenibilidad gozan, además, de un menor coste de capital, lo que potencia su capacidad de creación de valor. Por el momento, dicha inversión no cumple las necesidades requeridas para dar cumplimiento a los ODS de aquí al 2030, por lo que es clave la movilización del sector privado, identificando las oportunidades de negocio para reducir esta brecha.

Según el Business & Sustainable Development Commission, la consecución de los ODS podría dar lugar, al menos, a 12 billones de dólares de crecimiento global hasta el 2030, creando 380 millones de puestos de trabajo en el camino.

Por otro lado, Accenture ha cuantificado que la transición a la economía circular puede dar lugar a un crecimiento global de 4,5 trillones de dólares hasta el 2030, mejorando la resiliencia de las economías globales.

Uno de los retos más apremiantes para acelerar la transición es poder llevar a cabo una medición del avance de la circularidad y la creación de un marco que permita tener un lenguaje común. Una referencia a seguir es el avance en este sentido en acción climática, donde existen marcos comunes (Greenhouse Gas Protocol, Climate Disclosure Project –CDP- o el Task Force on Climate-related Financial Disclosures del Financial Stability Board). Sin embargo, todavía no existe ningún marco que permita medir el progreso de las organizaciones en economía circular y compararlos a nivel global debido, entre otras cosas, a la falta de consenso en la definición de economía circular, la información disponible para reportar o la gestión interna o cultural dentro de la misma organización.

La ambición es poder traducir los datos de los flujos físicos (materias primas, agua, energía) en decisiones empresariales estratégicas asociadas a modelos de negocio circulares, midiendo, además, el impacto en la sostenibilidad global a través de su contribución con las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Las motivaciones y oportunidades para acelerar la acción

Desde 2015 hemos sido testigos de un avance en términos de conocimiento, información, concienciación, y acción de gobiernos y empresas para pasar de una economía lineal a una circular que también se constituye en oportunidad para la economía, la sociedad y el planeta.

Ese año fue clave para la sostenibilidad global con el lanzamiento de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible y del paquete de medidas de economía circular de la Comisión Europea.

Oportunidades

Para Bolivia:

- Reducción de las emisiones de CO2 en un 48%, contribuyendo así con los objetivos marcados en el Acuerdo de París y NDC de Bolivia.

- Generación de 2 millones de empleos hasta 2030.

- Reducción del gasto neto en recursos monetarios.

- Mejora de la productividad de los recursos, hasta en un 3% anual.

- Generación de un beneficio neto anual.

Para el medio ambiente:

- Mayor eficiencia en el consumo de energía, de agua y de recursos.

- Reducción en la generación de residuos y en las emisiones de CO2.

- Según Ecofys y Circle Economy (2016), algunas prácticas vinculadas con la economía circular, como la recuperación de nutrientes en la agricultura, la reutilización de materiales en los sectores de la construcción y los modelos de propiedad compartida (como en el transporte), podrían reducir hasta 7.500 millones de toneladas de CO2-eq a nivel global, que cubriría la mitad de la brecha de emisiones existente para alcanzar el objetivo ambicioso de 1,5ºC que marca el Acuerdo de París.

Para el sector empresarial:

- Acelerar el crecimiento empresarial a partir de la reducción de costes operativos, de la obtención de un beneficio adicional de productos y servicios existentes, y el resultado de las innovaciones integradas para el desarrollo de nuevos productos y servicios.

- Mejorar la competitividad, diferenciándose de la competencia y fortaleciendo las relaciones con los distintos grupos de interés.

- Gestión de riesgos asociados a una economía lineal, así como los riesgos asociados a un elevado impacto ambiental en términos de huella de carbono, consumo de energía o de agua.

Para la sociedad:

- Contribuir con la salud y el bienestar de la sociedad, ya que una economía circular es una economía baja en carbono y con un bajo impacto en el medio ambiente.

- Contribuir con el despertar de un consumidor más consciente, que coadyuve con la sostenibilidad global.

- Generación de nuevas habilidades y competencias vinculadas con los modelos de negocio circulares.

Normas y estandarización en Bolivia

A nivel normativo, Bolivia promulgó, en 2015, la Ley N° 755 de Gestión Integral de Residuos que sigue un enfoque de sustentabilidad y uso eficiente de recursos a partir de la prevención de la generación de residuos y aprovechamiento de los mismos. En 2016, mediante Decreto Supremo N° 2954, se aprueba su Reglamento General.

En cuanto al proceso de estandarización, en abril de 2020 se con¬formó y dio inicio al trabajo del Comité Espejo de Economía Circular, promovido por el Instituto Boliviano de Normalización y Calidad-IB¬NORCA, que definió cuatro expertos nacionales para que represen¬ten en el Comité Internacional ISO/TC 323 Circular Economy de la International Standard Organization (ISO), el cual busca desarro¬llar tres proyectos de Norma orientados a los marcos, diseño de modelos de negocio y cadenas de valor, medición de la economía circular y un reporte de casos exitosos. Bajo este contexto, Bolivia está convencida de acelerar su proceso de transformación hacia la circularidad y rediseñar gradualmente sus sistemas de producción y servicios.

Desde ICR, y en el contexto de los servicios que diseñamos, ofrecemos conocimientos técnicos y capacitación apalancando más de 12 años de experiencia en negocios ambientales y climáticos a nivel Latinoamérica y Alemania.

Con servicios de asesoría, formación académica y experiencia, diseñamos a la medida y perfil de las EIF productos y modelos en base a tecnologías verdes para acelerar la transformación a una banca verde, fortaleciendo el negocio de los bancos y contribuyendo a un mundo más sostenible. En este contexto, brindamos, entre otros, asesoramiento a ING, Pro Credit Holding AG en diferentes proyectos en Latinoamérica, incluyendo Bolivia donde fueron pioneros en banca verde, y en los últimos años a Banco FIE S.A, Banco Sol S.A y a Laboratorios Bagó de Bolivia S.A.

Para mayor información:

Lilian María Arzabe Villanueva, CFA

Doctor of Finance and Economics PhD, Eberhard-Karls-Universität Tübingen Alemania

Master of Science – MS Sustainable Development, Leuphana University of Lüneburg Alemania

Master in Sustainable Finance, Business School Lausanne –Suiza

www.icr-sm.com / larzabe @icr-sm.com

Tel.: ++ 591 2 2724230 / 72575262

ECONOMÍA CIRCULAR: OPORTUNIDAD PARA CRECER BAJO LÍMITES PLANETARIOS

La economía circular se presenta como la solución para acelerar la respuesta a los retos más urgentes a los que nos enfrentamos, evidenciados en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sus metas correspondientes.