La digitalización en el mundo se intensificó a raíz del coronavirus y en apenas tres años esa tendencia se ha convertido en nuestra nueva forma de vivir, pues ya permea nuestros estilos de trabajar, de consumir, de hacer negocios, de estudiar y hasta de entretenernos.

“La digitalización vino a raíz de la pandemia, pero se está dando como una nueva realidad. Es la nueva manera de cómo vivimos hoy en día”, remarca Mauricio Dulón, emprendedor y docente universitario sobre Transformación Digital.

En el ámbito laboral, la pandemia nos obligó a trabajar remotamente y si bien eso fue inicialmente incómodo, todos nos adaptamos a las videoconferencias, a las llamadas y a las aplicaciones de colaboración como Slack o Trello. Tras la cuarentena, muchos prefirieron continuar trabajando desde casa, mientras que otros alternan sesiones presenciales y virtuales. Tal es así que proliferan los anuncios de alquiler de espacios donde antes funcionaban oficinas.

En materia educativa, si bien para la formación básica se insiste en la importancia de la presencialidad, en el ámbito universitario se han mantenido los cursos virtuales pese a la creciente la modalidad presencial. Las universidades se han dado cuenta que las clases virtuales les permiten enseñar en otros departamentos e incluso en otros países. Las herramientas de enseñanza virtuales se van a quedar y continuarán evolucionando.

En el ámbito del ocio, Dulón afirma que se ha registrado un despertar de la suscripción a los servicios de la nube, especialmente Netflix, Amazon Prime y todo lo que tiene que ver con Disney+. “Antes no era tan evidente que la gente tenga esos servicios porque se podía ir al cine. Hoy, los servicios de streaming o servicios en la nube están desplazando los medios tradicionales como la televisión”, dijo.

El delivery adquirió carta de ciudadanía durante el confinamiento. Las prohibiciones de circulación estimularon su desarrollo, sobre todo en el suministro de alimentos. Tras la flexibilización de las condiciones de circulación, el delivery ha evolucionado hacia otros servicios.

Hoy se ofrece el delivery de cosas y de compras de supermercado. “Ya no es no por el tema de pandemia sino por comodidad. Eso es una evolución digital”, explicó.

El mundo financiero también experimentó cambios trascendentales con la digitalización. Los medios de pago digitales y las pasarelas de pago han evolucionado. Durante la pandemia, a la gente no le quedó otra opción que aprender a pagar en línea y ahora prefiere las opciones digitales.

“Nosotros como Libélula, una solución multicanal de pagos, hemos crecido de 200.000 dólares en transacciones al mes a unos 4 millones de dólares de transacciones mensuales”, relata el especialista. Los pagos digitales también llegaron para quedarse.

“Bolivia estaba lista para eso. Teníamos la infraestructura, aunque no la estábamos usando a plenitud. Bolivia tenía todos los medios de pago digitales: el Código QR, el Código Simple, las tarjetas, el pago electrónico, Tigo Money. Todo eso, que ya estaba listo y estaba creciendo lentamente, se disparó a partir de marzo de 2020”, comenta.

Indica que la evolución de la banca digital no tuvo el mismo ritmo que la de los pagos digitales. La gente se enfocó sobre todo a los pagos y a comprobar sus saldos, pese a que los bancos mejoraron sus plataformas y aplicaciones.

“Las herramientas digitales van a seguir evolucionando. Va a haber más herramientas de colaboración para que puedas trabajar mejor en línea. Vas a tener en la casa más opciones para entretenerte en línea. En educación, se volverá al aula, pero muchas clases continuarán siendo virtuales”, comenta Dulón para concluir afirmando que todo lo descrito “constituye nuestra nueva realidad”. Una realidad que ya no tiene vuelta atrás.

DIGITALIZACIÓN, NUESTRA NUEVA FORMA DE VIDA

Si bien la digitalización en el mundo se intensificó a raíz del coronavirus, en apenas tres años esa tendencia se ha convertido en nuestra nueva forma de vivir.