El sector agropecuario todavía atraviesa muchos retos y dificultades que lo mantienen rezagado y le impiden avanzar. De acuerdo a José Luis Farah, Presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), algunos de ellos tienen que ver con la falta de seguridad en tierras, avasallamientos, retraso en tecnología o falta de incentivos para mejorar la productividad.

A pesar de ello, el sector exportó alrededor de 3200 millones de dólares, sobrepasando al al sector hidrocarburífero en 2022. “Esto demuestra que podemos ser un arma para reactivar un país, para producir, para que vuelvan dólares, para generar fuentes de empleo y para que la economía se mueva. Según análisis que realizamos, 1.600.000 personas trabajan directamente con el sector agropecuario, esto equivale al 25% de toda la población trabajadora del país”, agregó.

Complementando lo anterior, Edilberto Osinaga, Gerente General de la institución, señaló que el agro tiene potencialidades para crecer no sólo en Santa Cruz, sino en cada región que el país tiene. Sin embargo, por una parte, al sector privado tiene un mercado interno reducido, los factores sanitario y de seguridad no dependen de ellos y eso perjudica enormemente las certificaciones. Por otro lado, el Estado no muestra la apertura para conversar, trabajar en conjunto y apoyar al sector privado para superar todas las limitaciones que debe enfrentar día a día. Ante todas estas limitaciones, el sector privado necesita apoyo para seguir adelante.

En primer lugar, resulta necesario encontrar mercados para distintos productos, entre ellos, pollo, huevo, soya y carne de cerdo, para que el sector pueda seguir produciendo excedentes.

Otro tema muy perjudicial para los productores es el crédito productivo, puesto que, según sus características, las propiedades pequeñas no son accesibles a éste. Según explicó Farah, un productor agrícola, con una propiedad de unas 50 hectáreas, no podría ser hipotecada. “Lamentablemente, el 85% a nivel nacional y el 70% a nivel Santa Cruz tienen estas características. Esto quiere decir que la mayor parte corresponde a productores pequeños, los cuales tienen una economía frágil y, por lo tanto, no pueden acceder a crédito; a diferencia de los productores medianos o grandes que tienen más posibilidades económicas. Esto se hace más evidente en el occidente, donde se observa una economía bastante precaria”, añadió.

Para el Presidente de la institución es imprescindible ser más sostenibles. “En la CAO somos alrededor de 77.000 productores y son los grandes productores los que tomaron más conciencia, porque ya les duele, siembran en cantidad y han hecho grandes inversiones en máquina”, manifestó.

La CAO ha venido explotando un programa de capacitación exitoso para mejorar la productividad. Además, participarán como contraparte en un programa que se ejecutará en Pando.

Todo en miras a seguir aplicando la sostenibilidad en el sector. “Los periodos de sequía se han hecho más largos, por lo tanto, es importante tomar conciencia. No obstante, volvemos al punto de que el Estado tiene que estar como contraparte, porque es el dueño de las autorizaciones”, indicó Farah.

CAO: Un sector con muchas potencialidades, pero con limitaciones

El sector exportó alrededor de 3200 millones de dólares, sobrepasando al al sector hidrocarburífero en 2022.