Balance de la industria farmacéutica en Bolivia
Industria farmacéutica

Balance de la industria farmacéutica en Bolivia

26/02/2024

El sector farmacéutico es uno de los más importantes y grandes del país.

Cuenta con varios actores, entre laboratorios nacionales, importadores, distribuidores, farmacias independientes y en cadena, hospitales públicos y privados, instituciones gubernamentales, seguros médicos y otros especialistas privados.


De acuerdo a Javier Lupo Velasco, Presidente de la Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana (CIFABOL), durante 2023, la industria farmacéutica boliviana todavía enfrentó los desafíos de los efectos de la pandemia por Covid-19, entre ellos el acceso complicado a materias primas, las medidas que el gobierno nacional mantuvo en la emergencia sanitaria, así como la complicada reactivación de la economía nacional. “Sin embargo, estos desafíos pudieron ser enfrentados por el compromiso que tenemos con la población para que pueda acceder a medicamentos producidos en el país por bolivianos y para bolivianos”, aseveró.


Lupo destacó que el sector farmacéutico boliviano tiene presencia en el país por más de 86 años, conoce las principales necesidades en medicamentos e insumos médicos, y genera empleo para más de 7000 familias bolivianas de manera directa y 11.000 de manera indirecta.


“Estamos comprometidos en fortalecernos y seguir invirtiendo a pesar de la coyuntura que se atraviesa a nivel nacional y mundial. Esperamos que en un tiempo podamos tener soberanía sanitaria, produciendo la mayor parte de los medicamentos que los bolivianos necesitan”, agregó.


De acuerdo al “Estudio de mercado de condiciones de venta de medicamentos en Bolivia: distribución al por mayor y comercialización”, realizado por la Autoridad de Fiscalización de Empresas (AEMP), el promedio mensual del volumen de ventas de los proveedores es de 24,61MM de cajas. De este volumen, y en promedio cada mes, el 59% corresponde a fármacos genéricos y el 41% a remedios de marca.


En este sentido, el entrevistado subrayó que el principal aporte del sector, más allá de dinamizar la economía boliviana, es ser parte de la política de sustitución de importaciones, alproducir medicamentos en Bolivia y competir con una fuerte importación, así como contribuir con la generación de empleos dignos y estables, con el pago de impuestos. Todo ello contribuye con la salud de la población en general.


En este sentido, Cifabol actualmente está generando lazos con las universidades del país y espera la participación del gobierno nacional para avanzar en distintos temas, como la transferencia y asimilación de tecnologías que permitan afrontar el desafío de producir medicamentos oncológicos, biosimilares o vacunas en Bolivia.


Innovaciones y tecnología


De acuerdo a Lupo, el sector farmacéutico está muy ligado a los avances tecnológicos. “Por ello estamos comprometidos con la investigación y desarrollo de medicamentos, de manera tal que podamos diversificar la oferta de fármacos que se requieren en el país y ampliar nuestros

porcentajes de participación en el mercado. Durante la pandemia hemos producido antivirales o medicamentos para terapia intensiva, lo cual ha requerido de un mayor esfuerzo en innovación; no obstante, es un ejemplo de que estamos a la altura de un requerimiento urgente de salud pública”, destacó.


El ejecutivo considera que los avances tecnológicos en medicina y en el ámbito del medicamento enfrentarán al sector farmacéutico boliviano a nuevos desafíos y adecuaciones en investigación, desarrollo y producción de nuevos fármacos, optimización de procesos productivos, respuesta adecuada a nuevas necesidades en salud, fortalecimiento de capacidades profesionales, entre otros.


A nivel global, el sector farmacéutico requiere constantemente mejorar para mantenerse, además de resolver problemas y necesidades, como nuevas enfermedades que precisan nuevas curas (un claro ejemplo es el Covid-19). Por otro lado, el aumento de la competencia requiere procesos más rápidos y ligeros en todos los aspectos de sus operaciones.


Según expertos en el tema, una forma de hacerlo es mediante la transformación digital. Todos los servicios y conceptos vinculados a la inevitable transformación digital en la industria farmacéutica evocan dos cualidades que tradicionalmente no se habían asociado con este

sector: la colaboración y el intercambio de información.


En este sentido, la transformación digital en el sector farmacéutico implicaría tres niveles: Primer nivel: Engloba el uso de metodologías ágiles y flujos de trabajo abiertos que favorezcan el intercambio de información entre departamentos.


La incorporación de tecnologías de Big Data y aplicación de algoritmos de Inteligencia Artificial aceleran los procesos de investigación y la validación de enormes cantidades de datos. En todo este proceso debe ser un médico el responsable de aprobar todos los contenidos, desde la terminología hasta la forma en la que se redacta una posología, todo para que puedan incorporarse en cualquier servicio digital o app que se desarrolle.


Segundo nivel: Actualmente nos encontramos todavía con un sector donde los pedidos siguen haciéndose a través de hojas de cálculo, y en el que, además, los precios deben ser consultados manualmente sin acceso a aplicaciones que gestionen todo este proceso con información de stock, precio y disponibilidad en tiempo real. Sin embargo, todo eso debe cambiar, ya que todavía no existe digitalización de sus activos y procesos en hospitales, farmacias, clínicas, etc., lo que produce retrasos, cancelaciones, costes (de tiempo y dinero) y, sobre todo, errores.


Los sistemas de conectividad, por ejemplo, permiten la toma de decisiones en tiempo real, haciendo también que el paciente tenga una estancia más agradable.


Tercer nivel: La transformación digital en la industria farmacéutica afecta al usuario. El nuevo paradigma digital ha hecho que el paciente ahora sea más consciente y quiera tener un rol mayor en el cuidado de su salud. De hecho, BIS Research calcula que el mercado mundial de aplicaciones móviles de medicina generará unos 11.220 millones de dólares en 2025.


Para acelerar la transformación digital del sector farmacéutico será necesario que las empresas sean conscientes de las oportunidades y retos que supone esto. De esta forma, podrán aportar todo su conocimiento y experiencia, innovar y diferenciarse de los competidores.


Retos y proyecciones para este 2024

En la actualidad, la industria farmacéutica boliviana se enfrenta a retos y desafíos variados, que, de acuerdo a Lupo, no sólo tienen que ver con temas de salud pública ante posibles nuevas pandemias o endemias, sino también con temas relacionados a la economía o a la coyuntura internacional.


“Esto nos ha llevado a priorizar algunos temas, tales como la mejora de los accesos a materias primas del exterior; generar la triple hélice del conocimiento, academia/industria/gobierno; también a preocuparnos por la competencia que se vendrá por el ingreso de Bolivia al Mercosur, entre otros temas que tenemos en agenda”, mencionó el Presidente de Cifabol.


Para finalizar, para este 2024, el ejecutivo espera que se superen las dificultades que se tienen en acceso a materias primas en el exterior, se avance en el fortalecimiento de la autoridad reguladora, se mejore la participación del sector en la compra pública de fármacos, así como una mayor difusión y conocimiento de lo que es la industria farmacéutica nacional y el medicamento boliviano.

Nota editorial: Por Grupo Nueva Economía · Última actualización 26/02/2024